Aplaudida por la comunidad internacional, la movida del Presidente Duque sorprende por el cambio de retórica de su gobierno, dicen analistas. Vecino inmediato, es el principal Estado receptor de la región y del mundo.
El gobierno del Presidente colombiano Iván Duque sorprendió a la región a comienzos de febrero con el anuncio de un nuevo Estatuto Temporal de Protección a los migrantes venezolanos (ETPV), que dio un giro en su retórica hacia uno de los problemas más complejos en el país en el último tiempo y que recibió tanto apoyos como cuestionamientos internos.
El pasado 8 de febrero, Duque, en compañía del alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi, anunció la creación del ETPV, un mecanismo que ayudará a miles de migrantes indocumentados venezolanos que viven en Colombia a regularizar su situación hasta por 10 años.
El decreto llega en momentos en que las tensiones frente a la migración han incrementado el rechazo y estigmatización a los venezolanos. Una encuesta reciente de Gallup revela que el 67% de los colombianos tiene una opinión desfavorable de los migrantes venezolanos y que el 72% dijo estar a favor de que las fronteras permanezcan cerradas, incluso tras el paso de la pandemia, para impedir su llegada. En tanto, en noviembre pasado, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López (centroizquierda), desató una polémica al adjudicar el aumento de la criminalidad en la ciudad a la llegada de venezolanos.
Además, llega en una época crítica para el país, con una recesión y el resurgimiento de las guerrillas y el narcotráfico.
«El impacto es alto. Colombia se encuentra en su peor momento socioeconómico y aun así el gobierno decide profundizar la estrategia. A ello se le suma que por primera vez el gobierno asume que la crisis migratoria ya no es una crisis reversible de corto plazo. Va en una dirección que cambia la lectura que se estaba haciendo del fenómeno migratorio», dice a ‘El Mercurio’ Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
Y mientras el Financial Times señaló que «ningún otro país latinoamericano ha sido tan generoso», a nivel nacional las opiniones han estado divididas.
El senador Gustavo Bolívar (coalición de izquierda Lista de la Decencia) dijo en un tuit que la medida de Duque tenía fines electorales para ganar votos para 2022, lo que fue desmentido por autoridades migratorias, pues la regularización no entrega derecho al sufragio.
Otros actores políticos, en tanto, expresaron su apoyo. El senador de centroizquierda y líder de la oposición colombiana, Gustavo Petro, aplaudió el plan y junto a él, el también excandidato presidencial Humberto de la Calle y el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa lo respaldaron.
Algunos ven un factor internacional, con la entrada a la Casa Blanca de Joe Biden y su cambio en la política exterior. «Me parece sorprendente que un gobierno del Centro Democrático, la derecha colombiana, haya tomado esta decisión autónomamente (…) Creo que puede haber algo de trabajo diplomático del gobierno de EE.UU.», dice a ‘El Mercurio’ Felipe Botero, politólogo de la Universidad de los Andes.
«El Estado sabe que al ser uno de los principales países receptores, tiene los ojos de la comunidad internacional encima, y esta medida le permite a Colombia ocupar un mejor lugar en la política y diplomacia internacional», señala a este diario Lucía Ramírez, abogada y Coordinadora de Investigaciones en los temas de Migración y Venezuela de Dejusticia.
Siendo el vecino inmediato, Colombia alberga a más de 1,7 millones de venezolanos (30% de los 5,4 millones que han salido del país), lo que lo convierte en el primer Estado receptor del mundo. El 44% está en condición regular y el 56% en condición irregular, lo que explica la situación de precariedad en la que muchos viven. El aumento por pasos ilegales llevó a reforzar los controles en fronteras con el Ejército Nacional, la policía, y mayores sanciones para empresas de transporte que trasladan ilegalmente, con más de 80 actuaciones administrativas iniciadas en 2020.
Pese al cierre de fronteras, el flujo no se ha detenido.
«La última medición (de entradas irregulares) del mes de enero es que desde Venezuela salieron y transitaron por nuestro territorio más de 25 mil personas con búsqueda de establecerse en el centro de Colombia o en (países como) Ecuador, Perú y un pequeño porcentaje hacia Chile. Es decir, de ese total, entre unas 8.000 a 10.000 habrían intentando bajar a cruzar la frontera», comenta a ‘El Mercurio’ Víctor Bautista, secretario de Fronteras, Asuntos Migratorios y Cooperación de Norte de Santander, zona por la que transita el 90% del flujo migratorio proveniente de Venezuela.
– Vulnerabilidad
21.973 venezolanos en Colombia se han contagiado de covid-19, del total de 24.144 extranjeros infectados, según el Instituto Nacional de Salud.
Fuente: El Mercurio