Luis Fromentín lidera un equipo de especialistas instalado en la posta de la localidad para atender el constante flujo de personas.

«La última fue una mujer de 33 años, que venía cruzando. Según lo que comentó su acompañante, se fue quedando atrás y finalmente se desplomó», recuerda Luis Fromentín, médico a cargo de atender a migrantes en Colchane, Región de Tarapacá -epicentro de la migración irregular en los últimos meses-, sobre el caso de una mujer venezolana que falleció esta semana, el quinto extranjero que muere allí este año mientras ingresaba a Chile por un paso no habilitado.

Fromentín trabaja en el Consultorio General Rural de Colchane, conocido habitualmente como la ‘posta’ local. Allí trabaja un grupo de personas que cubren las necesidades sanitarias de 11 localidades y caseríos de la comuna, con atención local y también en terreno, para lo que deben trasladarse a zonas apartadas. Cada día examinan a una veintena de personas, principalmente adultos mayores, embarazadas y niños, pero también a jóvenes.

El médico lidera un equipo adicional al del establecimiento, formado además por una kinesióloga, una enfermera y una técnico en enfermería (Tens), que prestan atención a los migrantes que siguen pasando por la zona.

Los extranjeros cruzan la frontera en un inhóspito ambiente, a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar, con bajas temperaturas nocturnas y al ritmo que imponen los llamados ‘coyotes’, en extensas caminatas que a veces los migrantes no son capaces de seguir.

«Es, al parecer, lo que le sucedió a esta última mujer fallecida, que según sus familiares, no tenía enfermedades crónicas, pero que no habría resistido la falta de oxígeno», dice Fromentín.

Ante una urgencia de ese tipo, el equipo de Fromentín debe desplazarse al sitio del suceso. El médico reconoce que poco pueden hacer, salvo constatar el fallecimiento antes de que intervengan las policías o el Ministerio Público.

Lo más dramático, admite, han sido las muertes: «(Los migrantes) han luchado tanto para tener un futuro mejor y que mueran al ingresar a Chile es terrible, sobre todo para sus familiares que los ven morir. Uno se supone que está preparado para esto, pero siempre es difícil».

El director del Servicio Médico Legal de Tarapacá, Marcelo Lazcano, detalla que tras el procedimiento en el que se determina la causa de muerte «hay casos en que los cuerpos son retirados, pero a veces es mucho más difícil, pues las familias tienen una situación económica que les impide hacer el retiro, pero sí hay reclamantes, familiares o conocidos, que los esperan».

El fiscal jefe de la Provincia del Tamarugal, Hardy Torres, coincide en que las muertes que se han registrado debido a la migración irregular responden, más que a intervención de terceros, «a las condiciones en que ellos atraviesan, de altura e incluso con temperaturas bajo cero en la noche. En la mayoría de los casos han tenido enfermedades de base que lo hacen más complejo».

Fuente: El Mercurio

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