Según el Servicio Jesuita a Migrantes, desde 2012 se han inscrito 17.422 profesionales en el Registro Nacional de Prestadores. En su mayoría provienen de Venezuela y Colombia.
En medio de la pandemia del Covid-19, el área de la salud requiere cada vez más personal. En esa dinámica, ha sido relevante la llegada de extranjeros durante los últimos años.
Según un análisis del Servicio Jesuita a Migrantes, entre marzo y junio de este año 535 profesionales de la salud han sido habilitados para ejercer como médicos, enfermeros, paramédicos y farmacéuticos, entre otros, quienes han prestado servicios en medio de la crisis.
El informe, elaborado en base al Registro Nacional de Prestadores Individuales, de la Superintendencia de Salud, indica que, al igual que lo visto como tendencia de los últimos años, las principales nacionalidades en integrarse a la red sanitaria son la venezolana (40,9%), colombiana (30,1%) y ecuatoriana (10,3%).
Además, la mayor parte de las personas habilitadas para ejercer son médicos (60,6%), seguidos por farmacéuticos y químicos farmacéuticos (11,8%). Las zonas donde residen son la Región Metropolitana (34%) y Los Lagos (5%). En tanto, un 40% no ha reportado dicha información.
Juan Pablo Ramaciotti, director de incidencia y estudios del Servicio Jesuita a Migrantes, plantea que siempre se ve a los extranjeros como “usuarios del sistema de salud, pero vemos que hoy son en realidad una parte activa y aportan a la sociedad, especialmente en medio de la pandemia, pues han sido un pilar”.
Recordó que en abril pasado se determinó que los médicos extranjeros que no hayan rendido el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom) podrán ser contratados, por determinación de la Contraloría, debido a la crisis.