MIGRACIÓN EN CHILE

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1 de septiembre 2020

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La sequía los obligó a partir: las claves de la migración climática en Monte Patria

Ubicada en la Región de Coquimbo, es la primera localidad de Chile que tiene migrantes climáticos: personas que abandonaron sus tierras por problemas medioambientales. 

La provincia del Limarí enfrenta una sequía que no da tregua y el mercado laboral, que es principalmente agrícola, se ha visto afectado. Debido a esto, la población ha comenzado a abandonar la zona, convirtiéndola así en la primera provincia del país con migrantes climáticos. Pero este pareciera ser el menor de sus problemas, ya que quienes se quedaron aún deben lidiar con problemas en la distribución del agua y estrategias mal implementadas para conservar este recurso. Además, la cuarentena decretada el pasado viernes 21 de agosto en Ovalle ha reducido la movilidad y el abastecimiento de las comunidades rurales de la zona según lo consigna el diario El Día de La Serena.

Divididos en pequeños, medianos y grandes agricultores, existe un total de cuarenta y seis comunidades agrícolas en la comuna de Monte Patria, donde gran parte de los pobladores trabaja el campo para vivir.  En una población con aproximadamente 30 mil habitantes, solo en el rubro de la fruticultura se emplea a más de 15 mil personas en tiempo de cosecha, según lo que el vocero de los productores de clementinas, Mario Figueroa, aseguró al medio El Ovallino.

Megasequía en Monte Patria

Si bien las lluvias de este invierno le han dado algo de esperanza a la zona, la provincia de Limarí, Región de Coquimbo, ha vivido la sequía por años. Según la Dirección General de Aguas y Dirección Meteorológica de Chile, en la actualidad, en el Norte Chico el déficit de precipitaciones es superior al 30%. Se trata de una problemática que ha vivido desde la década de 1940, manteniéndose en periodos intermitentes de dos años hasta el 2010, año en el que debido a las condiciones del clima, dejó de ser una simple sequía.

Según un estudio del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia publicado en el 2015, titulado “La megasequía 2010-2015: Una lección para el futuro”, durante el año 2010 comienza la megasequía, denominada así por su persistencia temporal en la década más cálida del último siglo y por su extensión geográfica. Esta investigación determinó que mientras en el Norte Chico estas condiciones han ocurrido en periodos de quince años, en zonas del centro y sur del país no existen precedentes como estos hace setenta años. 

Según este informe, existen tres causas principales de esta megasequíaEn primer lugar, los efectos del fenómeno de La Niña, cuya alteración de la circulación atmosférica y otros elementos, como el ‘’debilitamiento de los vientos del oeste sobre Sudamérica y una intensificación del anticiclón del Pacífico’’ crean condiciones para un clima más seco en Chile. Otro factor que el informe menciona es la fase fría de la Oscilación Decadal del Pacífico, otro fenómeno natural que crea características muy similares a La Niña, provocando un ambiente más seco que el normal. Y en tercer lugar, está el efecto del cambio climático antrópico, al que se le atribuye cerca de un cuarto del déficit de precipitaciones durante la megasequía. 

Actualmente, localidades como Monte Patria enfrentan problemas que van más allá de los efectos del cambio climático. Y uno de los más importantes es la mala gestión del agua y su distribución entre las comunidades. Esta situación puntualmente es la que convirtió a Monte Patria en la primera zona registrada con migrantes climáticos en Chile, declarados como tal en el estudio de la ONU Migraciones, ambiente y cambio climático: estudios de caso en América del Sur del 2017. 

Según explica Yasna Tapia, coordinadora de la comisión de comunicación del Movimiento por el Agua y los Territorios (M.A.T), ‘’parte de la migración climática se ve afectada por no poder reproducir las formas de trabajo acostumbradas de las zonas rurales. Básicamente la agricultura […], lo cual depende directamente del acceso, y la cantidad y calidad de agua de esa zona’’. 

Hoy los desplazados climáticos en Monte Patria suman cerca de cinco mil personas. A pesar de esto, el informe de la ONU sobre la zona concluyó que “es muy poca la participación de los vecinos para solucionar, organizarse y/o peticionar sobre los problemas que se producen debido a la recurrencia de las sequías”. 

Víctor Álvarez, habitante de la ciudad de Ovalle y representante de la localidad en el movimiento Modatima por la defensa al acceso al agua, explica algunas razones que rodean estas dificultades. “Se podría decir finalmente que el problema es de la economía local. Pensando en eso podríamos remontarnos a cómo lo hacían antes las personas para sobrevivir sabiendo que las sequías son recurrentes. En tiempos de abundancia se sembraba el trigo y luego en tiempos de sequía las comunidades iban a pescar y recolectar peces. Iban hacia la costa, había una transición entre la montaña y la costa y así iban enfrentando esta situación climática’’, afirma Álvarez.

Se trata de un problema que se ha normalizado con el tiempo, sin embargo, mientras la población de Monte Patria envejece, los jóvenes abandonan la localidad para para siempre

 

El derecho al agua

En 2014 la NASA sobrevoló un avión equipado con un radar por gran parte de la región de Coquimbo con el fin de medir la humedad del terreno. Un año antes habían hecho un estudio similar para determinar la cantidad de nieve disponible en la cordillera. Actualmente, el gobierno de Sebastián Piñera, ha seguido con la política de generar esa agua mediante embalses, como se anunció en junio de 2019. De hecho, para este año, estaba proyectada la construcción de otros veinte embalses y así reemplazar a los ya existentes cuyos niveles son cada vez más bajos. 

“Es muy probable que durante la próxima década también haya una sequía igual de grande y quizás más, según lo que dicen los expertos y los pronósticos a futuro, con la influencia del cambio climático. No creo que el Estado se haya demorado en la estrategia, el problema es el foco de aquellas estrategias’’, afirma Álvarez. Para el representante de Modatima, es importante atender “la educación de las comunidades y reformulación de las políticas del acceso a la tierra y el agua: cuánto se va a destinar a los usos agroindustriales en épocas de escasez y para las comunidades, y fomentar otro tipo de prácticas de explotación de la tierra. No creo que la respuesta sea renunciar, sino más bien reorganizar lo que hoy día ya existe y establecer límites”, concluye. Tanto Yasna Tapia como Víctor Álvarez apuntan a que se debe derogar el Código de Aguas, conseguir modificaciones estructurales y cambiar el paradigma referente a la propiedad del agua separada de la propiedad de la tierra.

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