Según datos de la PDI de Iquique, en los primeros 17 días del mes se recibieron 698 denuncias.
El ingreso ilegal de migrantes por el limite norte del país persiste hasta hoy con un continuo flujo de personas, pese a la pandemia y el cierre de fronteras anunciado por el Gobierno el 16 de marzo. Como evidencia de esa presión migratoria, según datos de la Policía de Investigaciones (PDI) de la Región de Tarapacá, entre el 1 y el 17 de enero hubo 698 denuncias sobre ingresos por pasos no habilitados, en su mayoría de venezolanos, más de diez veces por encima de las 63 denuncias recepcionadas en enero del año pasado.
Para Víctor Flores, jefe de la Oficina Antofagasta de Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la mayoría de los grupos de venezolanos que se ven a diario en regiones del norte del país pertenecen al segmento más vulnerable, y están en tránsito hacia la zona centro-sur de Chile en busca de sus redes de apoyo. «En su mayoría, son personas que están en calle para procurar un ingreso que les permita pagar una pieza y obtener alimentación», agrega.
Según datos de la PDI, durante 2019 se registraron 8.048 ingresos por pasos no habilitados, que aumentaron por sobre los 13 mil al cierre de 2020. «Desde 2018 se han elevado visiblemente los (ingresos) correspondientes a personas venezolanas, pasando de ser nueve en 2017, a 10.213 entre enero y noviembre de 2020. En este último año, constituyen el 75% de los registros totales de ingresos por paso no habilitado«, detalla Pablo Roessler, coordinador del informe «Dinámicas Fronterizas en el Norte de Chile el año 2020», del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM).
La semana pasada, el Gobierno anunció una modificación al Decreto 265, que amplia el rol de las Fuerzas Armadas para permitirles apoyar el trabajo de las policías en el combate a los delitos de trata de personas y de tráfico ilegal de migrantes.
Para el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola, las lluvias del invierno altiplánico podrían impactar en los desplazamientos fronterizos. «Sin duda, las lluvias estivales, en un periodo como el actual (el fenómeno de La Niña es más lluvioso en el altiplano) va a incidir en los flujos migratorios, sobre todo en la frontera con Bolivia. Esto genera un riesgo mayor para quienes intenten pasar, por los aluviones, el frío», plantea.
Fuente: El Mercurio