Por Javiera Cerda, Directora Servicio Jesuita a Migrantes Arica.

Los movimientos migratorios, pese al cierre de fronteras mundial, no han cesado. Se deben a la necesidad de subsistir. La frontera norte de Chile, desde donde el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) trabaja, no ha sido ajena a esto. Hemos sido testigos de cómo cientos de personas llegaron, esperando ser repatriadas, exponiéndose a vulneraciones y llegando a estar en situación de calle. También hemos observado a cientos familias que se han visto en la necesidad de ingresar a Chile por pasos no habilitados, exponiéndose a temperaturas extremas en largas caminatas y a ser víctimas de uno de los delitos más lucrativos del mundo: la trata y tráfico de personas. 

Los comentarios xenófobos y racistas contra estas familias no se han hecho esperar, sobre todo contra quienes venden dulces o limpian parabrisas en semáforos de la ciudad. Quienes tuvimos el privilegio de mantener nuestros trabajos y quedarnos en casa con nuestras familias, no podemos ponernos en una posición de superioridad frente a quien expone su salud para subsistir. Esto se vuelve aún más grave, cuando el racismo se expresa institucionalmente, dejando al margen de la sociedad a las familias migrantes, ignorando sus necesidades, postergándoles  o criminalizandoles.

Este 2020 en el SJM lanzamos la campaña #LaMesaDeTodos (disponible en nuestra web www.sjmchile.org), microserie que busca reducir prejuicios, a través de las historias y cocina de nueve personas de distintas nacionalidades que han sido migrantes. A través de encuentros virtuales y que dieron forma a tres capítulos, quisimos invitar a conocer historias reales de migración y a ponernos en el lugar de quienes han dejado sus hogares y su seguridad, en busca de un mejor porvenir. En Arica la mezcla de sabores y comidas siempre ha existido, es parte de nuestra cotidianeidad, por eso hoy también invitamos a abrirnos a las personas con la misma facilidad que nos abrimos a sus comidas. #LaMesaDeTodos fue posible gracias al apoyo de Fundación Luksic e importantes empresas. Cuando nos juntamos, nos encontramos y derribamos prejuicios. No es jugársela por la migración, sino por la convivencia entre habitantes de un mismo territorio.

Nuestra  región es una de las puertas de entrada a Chile y se caracteriza por el intercambio cultural permanente. No permitamos que el miedo nos paralice, no construyamos imaginarios que marginen a quienes en medio de una pandemia -al igual que tú y muchos- han tenido que reinventarse, buscando nuevos modos y lugares para continuar y proteger su vida.

Fuente: La Estrella de Arica.

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