Para la académica de la Universidad de Santiago, casos como el de Colchane requieren de un despliegue de recursos humanos, así como acuerdos bilaterales y multilaterales, tanto a nivel local como regional.
La expulsión de 138 migrantes que ingresaron al país de forma irregular ha sido catalogada por diversas organizaciones migrantes y pro migrantes como el peor escenario de este tipo en los últimos 50 años. No obstante, posterior al hecho, el Gobierno ha desplegado un espectáculo mediático para recalcar la postura que defendieron desde el día cero: “ordenar la casa”.
Contraria a la idea de denominar a esta situación como “crisis migratoria”, para la académica de la Universidad de Santiago, Daisy Margarit, lo que se ha vivido particularmente en Colchane en este período es más bien una “crisis humanitaria”, que requiere una solución consciente de que lo que se está vulnerando allí son precisamente Derechos Humanos.
Consultada al respecto por nuestro medio, la profesional especialista en materia de migración entregó detalles de lo que considera desaciertos de la política de Gobierno y que originaron una llegada masiva de migrantes de la región, que apuestan por el ingreso a través de pasos no habilitados.
“Fue el mismo Presidente Sebastián Piñera, quien en el año 2018, cuando hace su anuncio de la nueva Ley Migratoria, genera una visa de responsabilidad democrática para los venezolanos. Después, en enero del mismo año, viaja a Cúcuta y les invita, les dice que en Chile hay trabajo para todos, pero en junio del mismo año, en Chacayuta, cierra las fronteras y señala que no van a entrar más migrantes venezolanos y que Chile no tiene puertas abiertas para todos”, explicó.
No obstante, desde el Gobierno, el discurso de señalar al migrante como un peligro parece estar repercutiendo directamente en la percepción de la población respecto del tratamiento de la situación. Sin ir muy lejos, la encuesta Cadem publicada este lunes dio cuenta de que el 60 por ciento de la población está en contra de la llegada de inmigrantes al país, un porcentaje que la misma casa encuestadora cifró en 44 por ciento en el año 2019.
Sobre el impacto que han tenido este tipo de discursos en la ciudadanía, Margarit explicó que éste se encuentra directamente relacionado con el modelo de desarrollo afincado en el país, y cuyas falencias quedaron al descubierto en hitos como el estallido social o la reciente pandemia.
“La encuesta es un reflejo de la política migratoria que ha tenido este Gobierno en la construcción de un otro como amenaza. Recordemos que en Chile tuvimos un estallido social en 2019, y eso nos habló de que Chile tiene una alta desigualdad. Entonces, cuanto tú tienes un modelo económico en los cuales el individualismo es la base de ese modelo y el miedo se instala en la base de ese modelo, allí calza perfectamente un discurso cuando se genera un otro como enemigo externo que va a amenazar tu estabilidad”, señaló.
En tanto, ante la situación producida en el norte, diversas han sido las organizaciones que han reclamado la implementación urgente de un plan humanitario internacional, que de partida elimine la expulsión de migrantes que llegan a Chile de forma irregular.
Margarit, por su parte, explicó las implicancias de una solución de este tipo, enfatizando que se requerirá mirar al fenómeno de la migración en todas sus dimensiones, y por ende la inclusión de los distintos actores por donde atraviesa la crisis.
“La mirada del fenómeno migratorio tiene que ser desde la corresponsabilidad. No podemos pensar solamente en la mirada dicotómica de origen, que hay países de origen y de destino, hay que pensar que hay países de tránsito, y tal vez Chile se está construyendo como un país de tránsito. En ese sentido es importante poder desplegar tanto recursos humanos como también recursos físicos, poder desarrollar acuerdos bilaterales, multilaterales, en distintos niveles o escalas”, comentó.
Dentro de este tipo de acuerdos, la académica considera clave la inclusión de voces locales, como la del alcalde de Colchane, pero también pensar en que, como se trata de una crisis que abarca a toda la región, se requerirá de planes a ese mismo nivel. El fracaso del resguardo de las fronteras, según aseguró, debe ser remplazado más bien por un resguardo de la integridad de las personas que huyen de sus países ya sea por razones políticas, sociales y económicas.
Fuente: Radio y Diario Uchile