Las personas de esa nacionalidad residentes en el país son, por lejos, la comunidad más grande. En promedio tienen ingresos superiores a los chilenos y tres años más de escolaridad. Tres de cada cuatro están en la Región Metropolitana.

La diáspora venezolana sigue creciendo en el mundo y en Chile, debido a la profunda crisis económica y social que vive ese país producto del régimen de Nicolás Maduro.

La base de datos de la última Encuesta Casen da cuenta del fuerte aumento que ha tenido esa comunidad en nuestro país. En el sondeo de 2017 se hablaba de cerca de 187 mil personas, que equivalía al 24,3% de la población, lo que ya fue un hito, porque desplazaba por primera vez al segundo puesto a la comunidad peruana en Chile, la que tradicionalmente era la de mayor volumen de personas.

Ahora, con los datos de 2020, la Casen muestra que hay 490 mil venezolanos residentes en el país, es decir, un alza de 162% en relación a lo que se registraba hace cuatro años. Además, ahora representan el 41% de toda la población inmigrante en el país, seguidos muy de lejos por los peruanos, con el 15%.

De acuerdo a la presidenta de la Asociación de Venezolanos en Chile (Asoven), Patricia Rojas, dice que “vemos que la llegada de personas venezolanas a Chile ha sido exponencialmente más alto que el de otras nacionalidades en los últimos 4 años, principalmente porque en nuestro país tenemos una crisis humanitaria compleja que ha obligados a las personas a buscar en otros países de la región condiciones para tener una vida por lo menos digna. Es un fenómeno que lamentablemente no va a disminuir mientras en Venezuela no exista una salida política que permita la reactivación del aparato económico y las condiciones mínimas en cuanto a servicios de salud, alimentación y educación”.

Al revisar el detalle de la base de datos de la Casen, se evidencia que el 76% de todos los inmigrantes de origen venezolano están en la Región Metropolitana, seguida muy atrás por la de Valparaíso, con 4,8%. Por sexo, el 52,2% de todas las personas de esa nacionalidad en el país son mujeres (255 mil) y, en promedio, los venezolanos tienen casi 3 años más de escolaridad que el promedio en Chile (14,9 vs 11,7 años).

Esta mayor escolaridad “está directamente relacionado con que el promedio de los ingresos del trabajo de los venezolanos sea superior al de los chilenos, por lo que es un atractivo para los venezolanos que tienen un sueldo mayor a los que efectivamente logran encontrar trabajo”, indica el investigador de ClapesUC, Patricio Mansilla. De hecho, según la encuesta, los ingresos del trabajo (antes de transferencias del Estado u otras entradas) de los trabajadores venezolanos promediaba $955 mil versus $746 mil del promedio nacional.

Por rubro, los venezolanos se desempeñan principalmente en Comercio (20,9%), Alojamiento y Servicios de Comida (15,6%) e Industria Manufacturera (13,4%).

En la misma línea, se registra que la situación de los hogares encabezados por personas de origen venezolano es en promedio mejor que las del total del país. Así, solo 5,2% de los hogares de venezolanos son parte del primer quintil de ingresos (calculados en base a los ingresos de todo el país), mientras el 53% está en el cuarto (27%) y quinto quintil (26%). En términos de pobreza, como ya lo informó Pulso, la tasa entre los originarios de Venezuela alcanzó a 11,3%, subiendo 5 puntos porcentuales desde 2017, aunque aún continúa siendo la menor entre las comunidades migrantes más grandes en el país.

“Lo positivo es que la mayoría de estas personas están en edad laboral activa, colaboran a detener el fenómeno de envejecimiento que vivía Chile, acabaron con el riesgo del cierre de establecimientos de educación que veíamos hace apenas 6 o 7 años y hacen un aporte importante en materia de interculturalidad, además de ser capital humano capacitado (en su mayoría) costo cero para el país”, señala Rojas. Mientras el promedio de edad en el total del país es 37 años, entre los venezolanos es 30, con el 75% de ellos en edad de trabajar (entre 18 y 60 años), a diferencia del total del país, donde el 60% está en ese mismo rango etario.

Sobre sus condiciones de vida, el 2,3% de los miembros de esa comunidad vive en condición de “hacinamiento crítico” (5 y más personas por dormitorio u hogar sin dormitorios de uso exclusivo). Además, 94% vive en una vivienda arrendada y solo 4,8% en una propia. Respecto del sistema de salud, el 77,3% está afiliado a Fonasa, 10,5% a Isapre y otro 10% a ninguno.

Visas laborales

Otra muestra de esta importante alza de los inmigrantes, y en particular de los venezolanos, es lo que ha pasado en los últimos años con las distintas visas laborales que entrega Chile.

Según datos del Departamento de Extranjería e Inmigración, desde 2014 se han entregado 397.988 visas relacionadas con trabajo a personas provenientes de Venezuela, entre las que se cuentan las “Sujetas a contrato”, “Por motivos laborales”, “Beneficio Mercosur”, “Profesionales y Técnicos” y de “Inversionista”. Le siguen las personas de Perú, con 180.785, y Haití, con 175.997.

Los datos muestran, además, que tanto en 2019 como en 2020 el número de visas totales entregadas disminuyó, siendo 2018 el peak, con 277.512.

El director del Departamento de Extranjería, Álvaro Bellolio, indica que “los ciudadanos venezolanos son los que más han migrado en los últimos 5 años, y en nuestro país, fue durante el 2016 y 2017, con ciudadanos haitianos y luego con mucha fuerza con esta comunidad. Las visas entregadas a ellos responden por su necesidad de regularización dado que han estado presentes en dos procesos, a la visa de responsabilidad democrática, y a que las primeras olas migratorias eran profesionales que rápidamente ingresaban al mercado laboral, lo que fue decayendo con las olas posteriores”.

Respecto de la perspectiva respecto de la llegada de más personas desde Venezuela en los próximos años, Bellolio dice que “depende mucho de las señales que se entreguen, si se apega a la nueva ley de migraciones y a la propuesta del Ejecutivo, van a ser visas enfocadas en reunificación familiar y en necesidades regionales, como especialistas médicos. Ahora bien, si continúan las señales de autoridades y organizaciones de que da lo mismo como entren los migrantes a nuestro país, entonces serán olas migratorias descontroladas con alto nivel de irregularidad”.

Fuente: La Tercera

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