Durante las últimas semanas, mediante diversas cartas al director de ‘El Mercurio’, se han formulado críticas sobre los tiempos de espera para los trámites en el Departamento de Extranjería y Migración. Las quejas corresponden a distintos puntos, como nacionalizaciones y permanencias definitivas. En diversos casos las solicitudes demoran dos años sin respuestas o avances.
El jefe de modernización de procesos y transformación digital de Extranjería, Vartan Ishanoglu, afirma que la digitalización -que comenzó en 2018 para modernizar la solicitud de los visados- ha permitido agilizar distintos trámites como el cálculo de multa, descargas de estampado electrónico, descarga de certificado de permanencia definitiva, los trámites de turismo, ampliación de turismo y prórrogas.
En el caso de los retrasos, afirma que «si nosotros no hubiéramos realizado todos estos cambios, los tiempos de espera serían aún mayores». Y adelanta que actualmente se pueden realizar todos los trámites de forma digital en Santiago, y 15 de ellos en el resto del país, pero lo ampliarán a todo Chile para julio de este año.
Ishanoglu recalca que si bien la digitalización de los trámites permitió que se triplicara la productividad de la revisión de solicitudes, en el caso de los visados de Permanencia Definitiva no han mejorado los tiempos de respuestas porque aumentaron de 110 mil solicitudes en 2017 a 150 mil en 2020.
El director ejecutivo del Centro de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello, Gonzalo Valdés, lo atribuye a que «la demanda por estos trámites creció mucho más rápido de lo que creció la productividad«, y destaca que aún con la modernización y el traspaso de información entre organismos -por ejemplo, la PDI envía los antecedentes penales chilenos, que antes los migrantes debían incluir en la petición-, las solicitudes «deben ser revisadas por funcionarios (…), entonces la misma ley impone requisitos de procesamiento humano que se deben cumplir».
Con estos antecedentes, el académico de la U. Central, Edgardo Riveros, afirma que «los hechos demuestran que no existe tal mejoría. Por el contrario, hay un atochamiento evidente y a eso se debe el permanente reclamo de las personas que hacen la tramitación«.
Pese a la expectativa de que los plazos se reduzcan tras la implementación de la Ley de Migraciones, el también exsubsecretario de Relaciones Exteriores de Michelle Bachelet sostiene que «si no se cambia la visión que el Gobierno tiene de la migración, eso no lo va a resolver una norma legal«.
Fuente: El Mercurio